Giros de Snowboard: 7 Claves Secretas para Dominar la Pista

webmaster

스노우보드 턴 연습 팁 - **Prompt:** A skilled snowboarder mid-carve on a pristine, sunny mountain slope. The rider, dressed ...

¡Hola, apasionados de la tabla! ¿Alguna vez os habéis preguntado cómo esos riders parecen flotar por la nieve, conectando giros con una facilidad asombrosa?

Yo también estuve en vuestro lugar, luchando por cada curva, sintiendo que la tabla tenía vida propia y mis piernas no me obedecían. Pero con el tiempo, y aplicando algunos trucos que he ido descubriendo en mis propias aventuras por las pistas, he logrado que cada descenso sea un verdadero placer y que esos giros salgan fluidos como la seda.

La verdad es que dominar un giro limpio no es tan complicado como parece, solo necesitas las claves correctas para desbloquear ese potencial oculto en tu estilo.

Si queréis transformar vuestra experiencia en la montaña y sentir la adrenalina de un control total, os prometo que los consejos que os traigo hoy os cambiarán el juego.

¡Vamos a explorarlos en detalle!

Desvelando el Secreto de los Giros Perfectos: Más Allá de la Técnica Básica

스노우보드 턴 연습 팁 - **Prompt:** A skilled snowboarder mid-carve on a pristine, sunny mountain slope. The rider, dressed ...

La Importancia de la Postura Fundamental

Mira, una de las cosas que aprendí al principio, y que me costó asimilar, es que antes de pensar en girar, tienes que asegurarte de que tu postura sea impecable. Recuerdo cuando mi cuerpo parecía un espantapájaros en la tabla, rígido y desequilibrado. La clave está en una postura atlética y relajada. Imagínate listo para saltar en cualquier momento, con las rodillas y los tobillos flexionados, la espalda recta pero no tensa, y los brazos ligeramente extendidos para el equilibrio. He comprobado que cuando mantengo esta posición, la tabla responde muchísimo mejor a mis intenciones. Es como si le dieras a la tabla la libertad de moverse contigo en lugar de luchar contra ella. Esta base es la que me ha permitido progresar de forma exponencial, permitiendo que cada giro sea una extensión natural de mi cuerpo y no un esfuerzo forzado. Sin una buena postura, todo lo demás se vuelve una lucha constante contra la gravedad y la inercia.

El Papel Crucial de la Angulación del Cuerpo

Esto es algo que noté que los riders más experimentados hacían de forma casi inconsciente. Al principio, pensaba que era solo cuestión de mover las piernas, pero ¡qué equivocado estaba! La angulación de tu cuerpo es fundamental para iniciar y mantener un giro. Me di cuenta de que si inclinas todo tu cuerpo, desde los tobillos hasta la cabeza, en la dirección del giro, los cantos de la tabla se agarran a la nieve de una manera increíble. Es como si te “acostaras” en el aire. La primera vez que lo intenté conscientemente, sentí una conexión con la nieve que nunca antes había experimentado. Me dio una sensación de control y velocidad que era simplemente adictiva. No es solo un movimiento de cintura, sino una inclinación integral que viene desde el centro de tu cuerpo, usando los músculos abdominales para guiarte. Si lo pruebas, sentirás cómo la tabla se “encierra” en el giro, dándote estabilidad y permitiéndote esculpir la nieve con cada curva.

El Arte de la Presión: Cómo Usar Tus Pies para Dominar la Nieve

Transfiriendo el Peso con Precisión

Aquí es donde la magia ocurre, de verdad. Al principio, me costaba entender cómo demonios la gente lograba que la tabla girara tan suavemente. Después de muchas caídas y frustraciones, descubrí que todo se reduce a la distribución del peso en tus pies. Cuando inicias un giro, el secreto está en presionar más el pie delantero al comienzo y luego, a medida que avanzas en la curva, transferir gradualmente esa presión al pie trasero. Es un baile sutil de pesos, como si estuvieras pisando un acelerador y un freno muy sensibles con cada pie. Yo, que al principio ponía todo mi peso de golpe y terminaba derrapando sin control, sentí una revelación cuando empecé a practicar esta transferencia gradual. Me sorprendió lo mucho que cambiaba la respuesta de la tabla. Al final de un giro, al presionar el pie trasero, sientes cómo la cola se clava un poco más, preparándote para la transición al siguiente giro con una fluidez que te hará sentir como un profesional. Es un feeling que, una vez que lo pillas, no querrás soltar.

Sensibilidad en los Cantos: La Clave de un Buen Agarre

Una cosa es inclinarte, y otra muy distinta es sentir los cantos. Recuerdo que mi monitor de snowboard siempre me decía: “¡Siente la nieve, Pablo!”. Y yo pensaba, ¿cómo demonios se siente la nieve con unas botas tan duras? Pero con el tiempo, y prestando atención a las sensaciones, entendí a qué se refería. La sensibilidad en los cantos es crucial para un giro limpio. Se trata de usar la presión de tus rodillas y tobillos para “clavar” el canto de la tabla en la nieve, pero sin exagerar. Es un toque ligero al principio del giro, que se intensifica a medida que la curva se profundiza. He notado que cuando mis botas están bien ajustadas y presto atención a la flexión de mis tobillos, puedo modular la presión sobre los cantos con una precisión increíble. Esto te permite “morder” la nieve con firmeza, evitando el derrape y dándote ese control absoluto que buscas. Es una de esas cosas que al principio te parece abstracta, pero con práctica se convierte en una segunda naturaleza, transformando tus descensos en una coreografía perfecta.

Advertisement

La Mirada lo es Todo: Dirigiendo tu Cuerpo con la Vista

Anticipación Visual: Tu Brújula en la Pista

Esto es algo que me cambió por completo la forma de esquiar. Cuando empecé, mi mirada se quedaba pegada a la punta de mi tabla, lo que me hacía sentir rígido y siempre reactivo. Pero un día, un amigo que es un crack me dijo: “Mira a donde quieres ir, no a donde estás yendo”. ¡Y tenía toda la razón del mundo! Empecé a mirar dos o tres giros por delante, escaneando la pista, anticipando el terreno y los posibles obstáculos. Y, ¡sorpresa!, mi cuerpo empezó a seguir automáticamente mi mirada. Es como si tus ojos fueran la brújula y tu cuerpo, el barco. Al anticipar visualmente tu siguiente movimiento, tu cerebro envía señales a tus músculos para que se preparen. Esto te permite planificar tu trayectoria con antelación, iniciando los giros de forma más fluida y natural. Yo, que antes iba siempre a la defensiva, ahora me siento proactivo y en control, disfrutando cada metro de la bajada. De verdad, es un cambio simple, pero con un impacto enorme en tu seguridad y en la calidad de tus giros.

Conectando la Mente y el Movimiento

Además de la anticipación visual, hay una conexión profunda entre lo que tu mente proyecta y cómo tu cuerpo se mueve. Yo, que soy un poco “cabeza loca”, he aprendido a calmar mi mente y a visualizar el giro perfecto antes de hacerlo. Es como si primero lo hicieras en tu cabeza, y luego tu cuerpo solo lo replicara. Cuando me visualizo ejecutando un giro suave y controlado, siento cómo mis músculos se relajan y se coordinan mejor. Al principio, me parecía un poco místico, pero después de probarlo, he comprobado que es una herramienta súper potente. Al mantener la concentración en el camino a seguir y no en el miedo a caerte, tu cuerpo responde con más confianza. Esta conexión mente-cuerpo me ha ayudado a superar esos bloqueos mentales que a veces aparecen en la pista, sobre todo cuando me enfrento a terrenos más difíciles o a más velocidad. Es un truco mental que te da un control asombroso y que he incorporado a mi rutina cada vez que voy a la nieve.

Equilibrio y Flujo: Conectando un Giro Tras Otro con Armonía

El Ritmo Ideal para Descenso Continuo

Para mí, el snowboard dejó de ser una serie de movimientos aislados para convertirse en una danza fluida una vez que entendí la importancia del ritmo. Al principio, cada giro era una batalla, una pausa antes de la siguiente curva. Pero con la práctica, descubrí que existe un ritmo natural que te permite enlazar giros sin esfuerzo, casi como si la tabla fuera una extensión de tus pies que nunca se detiene. Se trata de encontrar esa cadencia personal, ese “flow”, donde la energía de un giro te impulsa hacia el siguiente. He notado que cuando no fuerzo los movimientos y dejo que la inercia me guíe, el descenso es mucho más placentero y menos agotador. Es como respirar, un ciclo constante de expansión y contracción. Cuando logro ese ritmo, siento que floto sobre la nieve, disfrutando de la velocidad y del control sin apenas pensar. No hay nada como esa sensación de libertad y armonía con la montaña. Es la verdadera esencia de lo que me enganchó al snowboard.

Adaptación al Terreno y las Condiciones

Una de las cosas que más me gusta del snowboard es que nunca hay dos bajadas iguales. La nieve puede cambiar en un abrir y cerrar de ojos: de polvo fresco a hielo, de pista pisada a montículos. Al principio, estas variaciones me descolocaban por completo y me hacían perder el ritmo. Pero con el tiempo, he aprendido que la clave está en la adaptabilidad. No puedes abordar un giro en nieve profunda de la misma manera que lo harías en una pista helada. He descubierto que flexionar más las rodillas y mantener el centro de gravedad bajo es crucial en condiciones cambiantes. Si la nieve está blanda, a veces tengo que relajar un poco los cantos, dejar que la tabla “flote” un poco más. Si está dura, necesito un agarre más agresivo y una mayor angulación. Es como tener un abanico de respuestas a mano para cada situación. Esta capacidad de leer la montaña y ajustar mi técnica sobre la marcha me ha permitido disfrutar de todo tipo de condiciones y sentirme seguro, sabiendo que puedo enfrentarme a cualquier sorpresa que la pista me depare.

Advertisement

Superando los Obstáculos Comunes: De Errores a Oportunidades de Aprendizaje

스노우보드 턴 연습 팁 - **Prompt:** A thoughtful snowboarder standing at the very top of a challenging slope, moments before...

Evitando el “Derrape de Principiante”

Confesión: durante mucho tiempo fui el rey del derrape, el que bajaba la pista arrastrando la tabla como si fuera un paracaídas. Este famoso “derrape de principiante” es uno de los errores más comunes, y me costó mucho dejarlo atrás. El problema principal es que en lugar de usar los cantos para un agarre limpio, uno tiende a girar la tabla de forma plana sobre la nieve. Lo que a mí me ayudó fue concentrarme en la angulación de la tabla y en la presión de los cantos que mencionamos antes. Cuando empezaba a sentir que la tabla patinaba, recordaba inclinarme más y presionar con las rodillas. También descubrí que muchos derrapes ocurren por miedo a la velocidad. Una vez que empecé a confiar en la tabla y a permitirme ir un poco más rápido, la tabla se “encerraba” en el giro de forma más natural. Es un proceso de ensayo y error, pero te aseguro que cada vez que lograba un giro limpio sin derrapar, ¡la satisfacción era inmensa! No te desanimes si te pasa, es parte del camino.

Cuando la Tabla No Obedece: Soluciones Rápidas

Todos hemos tenido esos momentos en los que sientes que tu tabla tiene vida propia y se niega a ir por donde tú quieres. A mí me pasaba mucho al principio. De repente, la tabla se enganchaba o no giraba lo suficiente, y acababa desequilibrado. Lo primero que aprendí es que muchas veces es por falta de una buena postura o porque la mirada no está en el sitio correcto. Pero si la tabla no obedece, hay un par de trucos rápidos que me han salvado de muchas caídas. Si sientes que la tabla se resiste a girar, intenta flexionar un poco más las rodillas y rotar ligeramente los hombros en la dirección del giro. Esto ayuda a iniciar el movimiento. También es importante no poner toda la fuerza de golpe. Si la tabla se engancha, relaja un poco los músculos, aligera la presión del pie trasero y trata de guiarla con suavidad. Piensa en ser más suave y menos brusco. Estos pequeños ajustes me han permitido corregir trayectorias en segundos y seguir disfrutando del descenso sin perder la compostura. ¡No hay que luchar contra la tabla, hay que convencerla!

Problema Común Descripción Solución Rápida
Derrape Excesivo La tabla no se agarra a la nieve, deslizándose lateralmente. Aumenta la angulación del cuerpo y la presión sobre el canto.
Giros Incompletos La tabla no completa la curva deseada o se queda a medio camino. Mira más adelante, rota hombros y caderas en la dirección del giro.
Pérdida de Equilibrio Sensación de inestabilidad o caídas frecuentes al iniciar/finalizar giros. Mantén una postura atlética, rodillas flexionadas y centro de gravedad bajo.
Fatiga Rápida Cansancio prematuro en piernas y cuerpo. Relaja los músculos, busca el ritmo, y evita la tensión excesiva.

Tu Equipo, Tu Aliado: Ajustes Clave para un Rendimiento Óptimo

Configuración de las Fijaciones: Un Mundo de Diferencias

No puedo enfatizar lo suficiente lo importante que es tener tus fijaciones bien ajustadas. Cuando empecé, no le daba mucha importancia a esto y usaba configuraciones estándar, ¡y era un error garrafal! He aprendido que la angulación y el ancho de tus fijaciones pueden cambiar radicalmente la forma en que giras. Yo, por ejemplo, he probado diferentes ángulos en mis fijaciones, y he notado que un stance un poco más abierto me da mayor estabilidad y facilidad para hacer giros carving, que son mis favoritos. Si sientes que te cuesta iniciar los giros o que la tabla no responde como debería, echa un vistazo a la configuración de tus fijaciones. Asegúrate de que los ángulos sean cómodos para tus rodillas y que la distancia entre ellas te permita una buena flexión y equilibrio. No dudes en experimentar un poco en la tienda o con un experto, porque un pequeño ajuste puede marcar una diferencia enorme en tu control y en la comodidad general sobre la tabla. Es como tunear tu coche para que vaya perfecto en la carretera.

La Tabla Perfecta para Tu Estilo de Giro

Elegir la tabla adecuada es como encontrar a tu alma gemela. Cada tabla es diferente y está diseñada para un estilo particular. Al principio, pensaba que todas las tablas eran iguales, pero ¡qué equivocado estaba! Si eres como yo y te encantan los giros limpios y el carving, necesitas una tabla con una buena respuesta en los cantos y una flexión adecuada. Las tablas de freestyle, por ejemplo, son más blandas y permisivas, ideales para trucos, pero quizás no tan precisas en los giros a alta velocidad. Yo he probado varias tablas a lo largo de los años y he descubierto que una tabla direccional con un flex medio me da el control y la estabilidad que busco para mis giros. Es importante considerar tu peso, tu altura y tu nivel de experiencia. No te guíes solo por la estética, busca una tabla que complemente tu forma de bajar y te ayude a exprimir al máximo cada giro. Habla con los expertos en la tienda, ¡ellos te pueden guiar para encontrar esa tabla que te hará sentir invencible en la nieve!

Advertisement

La Psicología del Rider: Confianza y Mentalidad en la Pista

Dominando el Miedo a la Velocidad

Vamos a ser honestos, ¿quién no le ha tenido miedo a la velocidad alguna vez? Yo, el primero. Recuerdo mis inicios, cada vez que la tabla cogía velocidad, mi cuerpo se tensaba y mis músculos se ponían rígidos, lo que, por supuesto, me hacía perder el control. Fue un círculo vicioso. Me di cuenta de que el miedo es uno de los mayores obstáculos para progresar en el snowboard. Lo que me ayudó fue empezar poco a poco, en pistas más suaves, y concentrarme en la técnica en lugar de en la velocidad. Una vez que sentí que dominaba los giros a baja velocidad, empecé a aumentar el ritmo gradualmente. También me di cuenta de que la clave está en confiar en tu equipo y en tu técnica. Si confías en que tus cantos se agarrarán y en que tu cuerpo responderá, el miedo disminuye. Es una batalla mental, sin duda. Pero cada vez que superaba mi miedo y lograba un giro perfecto a una velocidad considerable, sentía una euforia increíble. La adrenalina se convierte en tu amiga, no en tu enemiga.

Visualización: El Primer Paso para un Giro Perfecto

Antes de bajar por una pista complicada o intentar un giro que me intimida, siempre me tomo un momento para visualizarlo en mi mente. Esto puede sonar un poco a gurú, pero te prometo que funciona. Cierro los ojos, respiro hondo y me imagino haciendo el giro a la perfección: siento la presión en los cantos, veo mi cuerpo inclinándose suavemente, y siento la fluidez de la transición al siguiente giro. Al principio, pensaba que era una tontería, pero un amigo muy experimentado me lo recomendó. Y sabes qué, lo he incorporado a mi rutina pre-descenso. Me ayuda a relajarme, a enfocarme y a programar mi cuerpo para el movimiento. Cuando abro los ojos y empiezo a bajar, mi cuerpo parece recordar lo que acabamos de “ensayar” mentalmente. Es una herramienta poderosa para construir confianza y para que cada giro sea tan preciso y suave como lo imaginas. Prueba a hacerlo la próxima vez que estés en la montaña, ¡te sorprenderá lo que tu mente puede lograr!

글을 마치며

¡Y con esto llegamos al final de nuestro viaje por los giros perfectos! Espero de corazón que todos estos consejos, basados en mis propias experiencias y en los innumerables descensos que he disfrutado (y sufrido, para qué negarlo), os sirvan para transformar vuestra forma de sentir la tabla. Recuerdo la frustración de mis primeros días, pero también la increíble satisfacción de cada pequeña mejora. La clave está en la práctica, la paciencia y, sobre todo, en disfrutar del proceso. Cada giro es una oportunidad para conectar con la montaña, para sentir esa libertad única que solo el snowboard puede ofrecer. No os rindáis, amigos, porque la recompensa de deslizarse con fluidez y control es simplemente impagable. ¡Nos vemos en las pistas, y a carvear se ha dicho!

Advertisement

알a saber información útil

1. Revisa tu equipo antes de cada salida: Asegúrate de que tus fijaciones estén bien apretadas y en la angulación correcta para tu estilo. Un pequeño ajuste puede marcar una gran diferencia en la respuesta de la tabla. También verifica el estado de los cantos y la base de tu tabla; un buen mantenimiento es fundamental para un deslizamiento óptimo. Una vez, olvidé revisar una fijación y se me aflojó en plena bajada, ¡casi me llevo un buen susto! Es una lección que aprendí a la fuerza. No subestimes la importancia de tener tu material a punto, es tu mejor aliado en la montaña y te dará la confianza necesaria para probar esos giros que tanto deseas.

2. Calentamiento adecuado: Antes de lanzarte a la pista, dedica unos minutos a estirar y calentar tus músculos. Las piernas, el tronco y los brazos son clave en el snowboard. Esto no solo previene lesiones, sino que también mejora tu flexibilidad y la capacidad de reacción, lo que es vital para ejecutar giros limpios y adaptarte a los cambios del terreno. Yo siempre hago unos ejercicios básicos de movilidad articular y estiramientos suaves antes de ponerme las botas, y noto una diferencia abismal en cómo responde mi cuerpo durante las primeras bajadas. Parece una tontería, pero es un seguro de vida y de disfrute.

3. Clases con un profesional: Aunque te sientas cómodo en la tabla, siempre hay algo nuevo que aprender. Unas clases con un instructor cualificado pueden corregir vicios, pulir tu técnica y enseñarte nuevos trucos o enfoques que por ti mismo tardarías años en descubrir. Yo, que pensaba que ya lo sabía todo, me apunté a un curso avanzado el año pasado y me sorprendió la cantidad de detalles que un ojo experto puede detectar. Es una inversión que vale la pena, porque te ayuda a progresar más rápido y a disfrutar aún más de cada bajada, abriéndote un mundo de posibilidades en la nieve.

4. Escoge la pista adecuada para tu nivel: No te precipites a bajar por pistas negras si aún no dominas los giros en las azules. Progresar gradualmente es clave para construir confianza y evitar accidentes. Cada tipo de pista ofrece un desafío diferente, y dominar uno antes de pasar al siguiente te permitirá aplicar la técnica con seguridad y disfrutar más del aprendizaje. Recuerdo la primera vez que intenté una pista roja pensando que ya era un experto; acabé más tiempo en el suelo que sobre la tabla. Desde entonces, respeto mucho más el proceso y disfruto cada etapa, porque así es como realmente se aprende y se mejora.

5. Hidratación y alimentación: Mantenerse hidratado y con energía es fundamental para el rendimiento y la concentración en la montaña. Lleva siempre agua y algún snack energético como barritas o frutos secos. El frío y el esfuerzo físico consumen muchas calorías, y un bajón de energía puede afectar tu capacidad de reacción y tus giros. En una ocasión, me olvidé de llevar algo de comer y, a media mañana, mis piernas no me respondían, los giros me salían forzados. Aprendí la lección: un buen desayuno y provisiones en la mochila son tan importantes como el equipo. Cuídate por dentro para rendir al máximo por fuera.

Importante a destacar

Para lograr esos giros que te hagan sentir como un auténtico pro, recuerda que la postura lo es todo; mantén una flexión constante en rodillas y tobillos, como si estuvieras a punto de saltar, es el cimiento de cada movimiento. Luego, concéntrate en la angulación de todo tu cuerpo, no solo las piernas; inclina tu torso hacia la dirección del giro para que los cantos de la tabla se agarren con determinación a la nieve. No olvides que la transferencia de peso es un arte: empieza con más presión en el pie delantero y muévela suavemente hacia el trasero a medida que completas la curva, esto te dará fluidez y control. Y lo más crucial de todo, ¡mira siempre hacia donde quieres ir! Tu cuerpo seguirá a tus ojos, anticipando cada giro y facilitando la ejecución. Estos puntos son los pilares sobre los que he construido mi propio estilo, y te aseguro que, con práctica y atención, te ayudarán a dominar la montaña con una confianza inquebrantable, transformando cada descenso en una experiencia inolvidable. Es la combinación de técnica, mentalidad y la conexión con tu equipo lo que realmente te eleva.

Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖

P: ¿Cuál es el error más común que cometemos los principiantes al intentar girar, y cómo puedo corregirlo para que mis giros no parezcan una batalla campal?

R: ¡Uff, si te contara las veces que he visto esto (y he caído por ello)! El error número uno, sin duda, es intentar girar solo con las piernas o, peor aún, con la cadera, como si la tabla fuera independiente de nuestro cuerpo.
Creemos que empujando con fuerza la tabla la vamos a dominar, pero lo único que conseguimos es desequilibrarnos y que el giro salga brusco y descontrolado.
Yo misma al principio pensaba que era cuestión de fuerza bruta, ¡y qué equivocada estaba! La clave, amigo o amiga, está en la rotación del tronco y la mirada.
Imagina que tu cuerpo es un todo, y que al girar, tu cabeza y tus hombros inician el movimiento. Si vas a girar a la derecha, mira hacia donde quieres ir y deja que tu tronco superior comience a rotar suavemente.
Tus caderas y tus rodillas seguirán naturalmente. Es como bailar: el movimiento fluye de arriba abajo. Cuando empecé a aplicar esto, sentir cómo la tabla respondía a mi intención y no a un esfuerzo desmedido, fue una revelación.
¡De verdad, pruébalo! Verás cómo tus giros empiezan a “sentirse” en lugar de “lucharse”. La tabla es una extensión de ti, no un enemigo.

P: He oído hablar mucho de la importancia de la presión en los cantos, pero no acabo de entender cómo aplicarla correctamente para conseguir esos giros “que cortan la nieve”. ¿Algún truco para sentirlo de verdad?

R: ¡Excelente pregunta! La presión en los cantos es el corazón de un buen giro, es lo que te da el control y esa sensación tan placentera de “carvear” la nieve.
Al principio, a mí me sonaba a chino, como un concepto muy técnico, pero descubrí que es mucho más intuitivo de lo que parece. Piensa en tu cuerpo como un balancín.
Cuando giras, por ejemplo, hacia tu talón (backside turn), tienes que inclinarte ligeramente hacia atrás y presionar los talones con más fuerza contra el borde de la bota.
Es como si quisieras “hundir” ese canto trasero en la nieve. Y para el giro de puntas (frontside turn), es justo lo contrario: te inclinas un poco hacia adelante y presionas las puntas de los pies, casi como si quisieras levantarte sobre ellas.
Mi truco personal, y esto me lo enseñó un viejo lobo de las montañas, es imaginar que tienes un hilo atado a tu ombligo y que te tiran de él en la dirección del giro.
Esto te ayuda a inclinar todo el cuerpo desde el centro, no solo las rodillas. Al principio, no tengas miedo de inclinarte más de lo que crees que deberías; el canto te sostendrá.
Sentirás cómo la tabla “muerde” la nieve, ¡es una sensación increíble! Esa presión distribuida te da estabilidad y te permite modular la velocidad y la dirección del giro de forma mucho más eficaz.

P: Mis giros son individuales y me cuesta muchísimo enlazarlos de forma fluida. Acabo parando o descontrolándome entre uno y otro. ¿Cómo logro esa conexión mágica para deslizarme sin interrupciones?

R: ¡Ah, la fluidez! Esa es la meta de muchos, y créeme, yo pasé por esa etapa de “giro, paro, giro, paro” que te agota las piernas y la paciencia. La clave para conectar giros sin interrupciones, esa sensación de que vas flotando por la pista, reside en la transición y la anticipación.
Mucha gente, una vez que termina un giro, se relaja o espera demasiado antes de iniciar el siguiente. Y ahí es donde se rompe la magia. Lo que me funcionó a mí de maravilla, y lo sigo haciendo, es pensar en el final de un giro como el principio del siguiente.
Cuando estás terminando un giro y la tabla está casi plana por un instante, es el momento exacto para empezar a “desenrollar” tu cuerpo del giro anterior y “enrollarlo” hacia el nuevo.
Imagina que tu cuerpo está haciendo una S constante en el aire, incluso cuando la tabla está en el punto más plano. Es una cuestión de sincronización y de mantener esa inercia.
Además, es fundamental mantener la mirada siempre adelante, hacia donde quieres ir, no a tus pies. Anticipa el siguiente giro y deja que tu cabeza y hombros lo inicien.
No esperes a que la tabla se detenga; usa el impulso del giro anterior para lanzarte al siguiente. Al principio, te parecerá raro, pero con unas cuantas bajadas concentrándote en esta transición suave, ¡te prometo que sentirás la diferencia!
Tus piernas te lo agradecerán y, sobre todo, disfrutarás de una sensación de libertad increíble. ¡Es como deslizarse sobre mantequilla!

Advertisement