¡Hola a todos, apasionados de la nieve y la adrenalina! Si hay algo que he aprendido en mis incontables viajes a las pistas, desde Sierra Nevada hasta los Alpes franceses, es que la emoción de deslizarse por la montaña no tiene precio, pero un buen seguro sí que lo tiene… y es una inversión crucial.
Recuerdo una vez en Aspen, un amigo tuvo una caída tonta que terminó en una visita al hospital, ¡y la factura fue de infarto! Desde entonces, me prometí a mí misma no volver a esquiar sin la protección adecuada.
No hay nada peor que un susto en la montaña que te arruine el viaje, ¡y créanme, lo digo por experiencia! Con las condiciones climáticas cada vez más impredecibles y la creciente popularidad de deportes de invierno más extremos, la probabilidad de un percance, por pequeño que sea, aumenta.
Además, con la facilidad para encontrar vuelos baratos, cada vez más gente se aventura a esquiar en el extranjero, donde los costes médicos pueden dispararse.
Elegir el seguro adecuado no es solo una precaución, es una declaración de intenciones para disfrutar al máximo sin preocupaciones. Así que, si queréis aseguraros de que vuestra próxima aventura invernal sea solo de risas y recuerdos increíbles, ¡vamos a desgranar juntos todos los secretos para elegir el mejor seguro de esquí sin errores!
El verdadero costo de una aventura: ¿Estás realmente cubierto?

Uf, si hay algo que me ha quitado el sueño más de una vez, no son las noches previas a una nevada épica, sino la posibilidad de que algo salga mal y no estar preparado.
Después de años recorriendo pistas, desde las majestuosas cumbres de los Pirineos hasta las desafiantes pistas de Aspen, he visto de todo: desde una simple torcedura de tobillo hasta caídas que parecían sacadas de una película de acción.
Y lo peor no es la caída en sí, sino lo que viene después si no tienes un buen seguro. ¿Sabes? Cuando yo empecé a esquiar, pensaba que con mi tarjeta sanitaria o un seguro de viaje básico ya estaba.
¡Qué ingenua! La realidad es que los seguros “genéricos” a menudo tienen limitaciones que te dejan completamente desprotegido cuando más lo necesitas.
Me viene a la mente el caso de mi amigo Javi, que se rompió la muñeca en Andorra. Pensó que su seguro de hogar con asistencia en viaje le cubriría, pero resultó que los deportes de riesgo estaban excluidos.
La ambulancia, el rescate en pista y la intervención quirúrgica se convirtieron en una factura que le dejó temblando. Desde entonces, me convertí en una obsesa de la letra pequeña y te aseguro que cada euro invertido en un seguro específico es una tranquilidad que no tiene precio.
No es solo un papel, es la garantía de que, pase lo que pase, tu aventura no se convertirá en una pesadilla financiera.
No todas las pólizas nacen iguales: la trampa de lo “básico”
A ver, que no te engañen con lo de “cobertura básica”. ¿Básico para qué? Muchas veces, estos seguros solo cubren lo mínimo indispensable, y cuando hablamos de esquí, eso es como ir a la guerra con una cuchara de plástico.
Los rescates en pista, que pueden ser carísimos, a menudo no están incluidos. Y ni hablemos de la repatriación sanitaria si te pasa algo gordo en el extranjero.
Te lo digo yo, que he visto situaciones en las que la gente se las ha deseado para volver a casa sin dejar un riñón en el hospital. Hay que ser realistas: esquiar o hacer snowboard, aunque sea por una pista azul, implica riesgos.
Y si te gusta la adrenalina y te metes por fuera de pista o en parques de nieve, ¡ya ni te cuento! La clave está en entender qué necesitas *realmente* y no conformarte con lo primero que te ofrezcan.
Coberturas que no sabías que necesitabas (hasta que las necesitas)
Cuando pensamos en seguro, lo primero que se nos viene a la cabeza es “cubrir lesiones”. ¡Y sí, claro que es fundamental! Pero un buen seguro de esquí va mucho más allá.
¿Has pensado qué pasa si te roban el equipo de esquí, valorado en cientos o miles de euros? ¿Y si pierdes las clases de esquí que habías pagado porque te pones enfermo?
¿O si, por un accidente, causas daños a un tercero en pista? La Responsabilidad Civil es un must que mucha gente olvida. Personalmente, valoro muchísimo la cobertura de cancelación o interrupción del viaje.
Recuerdo un año en el que una tormenta de nieve brutal cerró las pistas de Formigal y mi viaje se fue al traste. Gracias a mi seguro, recuperé el dinero del forfait y del alojamiento.
¡Un alivio enorme!
Las coberturas que yo siempre busco (y tú deberías también)
Después de más de una década deslizándome por las montañas, he desarrollado una lista de “imprescindibles” que no negocio al contratar un seguro de esquí.
No se trata de gastar más por gastar, sino de invertir de forma inteligente en tu tranquilidad. Lo primero y más evidente, claro, es la cobertura médica y de rescate.
Aquí no vale cualquier cosa. Necesitas saber que, si te pasa algo, ya sea una torcedura leve o algo más serio, tendrás acceso a los mejores profesionales y que los gastos estarán cubiertos.
Y no solo me refiero a la asistencia en el hospital, sino también al traslado desde la pista hasta el centro médico. Esto es crucial, porque los costes de un rescate en helicóptero pueden ser estratosféricos y un simple viaje en ambulancia en el extranjero ya te puede salir por un ojo de la cara.
Una vez, en los Dolomitas, un esquiador tuvo un accidente bastante serio en una zona remota y el rescate aéreo fue de película. Menos mal que tenía un buen seguro, porque la factura solo por el rescate ascendía a varios miles de euros.
Créeme, esa imagen se me quedó grabada: la montaña es preciosa, pero no perdona descuidos. Además de lo médico, pongo mucha atención a la Responsabilidad Civil.
No es solo por si atropellas a alguien esquiando, que puede pasar, sino también por si causas daños materiales. Nunca se sabe.
Asistencia médica de alto nivel: no escatimes aquí
Cuando se trata de tu salud, no hay que andarse con medias tintas. Un buen seguro de esquí debe ofrecer una cobertura médica amplísima, incluyendo hospitalización, cirugía, medicamentos y rehabilitación.
Pero, ojo, que también sea accesible. Es decir, que tengan un buen servicio de atención al cliente en tu idioma y que gestionen rápidamente las autorizaciones.
No querrás estar malherido y con el teléfono en la oreja discutiendo con un robot. Yo siempre compruebo que la compañía tenga una línea de asistencia 24/7 y que los límites de cobertura sean lo suficientemente altos, especialmente si viajo fuera de España.
Algunos seguros tienen un límite de, digamos, 10.000€, que puede parecer mucho, pero en países como Estados Unidos o Suiza, una pierna rota puede superar esa cifra fácilmente.
Equipo de esquí y accidentes a terceros: tus otros ángeles de la guarda
Vale, ya hemos hablado de tu salud, pero ¿qué pasa con tu equipo? Piensa en lo que te ha costado. Botas, esquís, fijaciones, casco…
¡Es una inversión! Y no es raro que te roben el material, que se rompa con un golpe o que se pierda en el transporte. Asegúrate de que tu póliza cubra el robo, la pérdida o los daños de tu equipo.
Personalmente, valoro mucho los seguros que también cubren el alquiler de equipo alternativo si el tuyo se daña y puedes seguir esquiando mientras lo reparan o te lo reponen.
Y, por supuesto, la Responsabilidad Civil. Este punto es CRÍTICO. Si tienes un accidente y eres el causante de lesiones a otra persona o de daños a su material, el seguro se hará cargo de las indemnizaciones.
¡Menudo alivio! Porque una colisión en pista, por muy pequeña que sea, puede tener consecuencias económicas muy serias.
Cómo mi estilo de esquí define mi elección de seguro
Mira, es que no es lo mismo ir una semana al año a esquiar con la familia por pistas azules, que ser un loco del freeride que busca la nieve virgen fuera de pista o un aficionado al snowpark que se pasa el día haciendo trucos.
Cada uno tenemos un “perfil de esquiador” y el seguro debe adaptarse a él como un guante. Yo, por ejemplo, que me gusta experimentar con el esquí de travesía y a veces me aventuro fuera de las pistas balizadas (¡siempre con la seguridad necesaria y mucha cabeza, eh!), necesito una cobertura que incluya explícitamente estas actividades.
Muchos seguros básicos las excluyen por considerarlas de “alto riesgo”. Y claro, si te da por hacer heliski o esquí extremo, ya ni te cuento: las pólizas tienen que ser súper específicas.
Antes, no le daba tanta importancia, pero después de ver a varios amigos tener sustos gordos practicando deportes más “extremos” sin la cobertura adecuada, me quedó claro que hay que ser sincero con la aseguradora sobre lo que vas a hacer.
Deporte de riesgo vs. esquí tranquilo: ¿dónde te ubicas?
Aquí es donde tienes que ser brutalmente honesto contigo mismo. ¿Eres de los que se quedan en la pista verde o azul, disfrutando del paisaje y el ambiente?
¿O eres de los que buscan la adrenalina en pistas negras, saltos, o incluso fuera de pista? Las pólizas de seguro tienen diferentes categorías de riesgo.
El esquí alpino “normal” suele estar cubierto en la mayoría, pero si tu plan incluye actividades como el esquí de travesía, el fuera de pista (freeride), el heliski, o incluso algunos parques de nieve con elementos más peligrosos, es muy probable que necesites una extensión de cobertura o una póliza específica para deportes de riesgo.
No asumas que “ya lo cubre”. ¡Pregunta, lee y repregunta! Un colega mío casi se mete en un lío enorme porque pensó que su seguro de “esquí” cubría su incursión en el freeride.
Por suerte, no le pasó nada, pero al revisar la letra pequeña, descubrió que no. Se llevó un susto solo de pensarlo.
Viajes al extranjero y costes médicos: la pesadilla sin seguro
Si tu idea es irte a esquiar a los Alpes suizos, a Japón, o a Estados Unidos, prepárate, porque los costes médicos en esos lugares pueden ser exorbitantes.
He oído historias de facturas hospitalarias de decenas de miles de euros por una simple fractura. Un seguro de esquí específico para viajes internacionales es tu mejor amigo.
No solo te cubrirá los gastos médicos, sino que también gestionará la repatriación sanitaria si fuera necesario, algo que, sinceramente, prefiero ni imaginar.
Además, fíjate en la cobertura de gastos de búsqueda y rescate, que en algunos países y terrenos montañosos puede ascender a cifras impensables. Si vas a salir de tu país, por favor, no te la juegues.
La tranquilidad de saber que, pase lo que pase, estarás atendido sin que tu cuenta bancaria sufra un ataque al corazón, es impagable.
El truco de la flexibilidad: cuando el viaje se tuerce
¿A quién no se le ha torcido un viaje de esquí? Una vez, el año pasado, teníamos un viaje a Austria planeado con meses de antelación. Todo reservado: vuelos, hotel a pie de pista, forfaits, clases…
¡la ilusión era máxima! Pero una semana antes, mi hija se puso enferma con una gripe de esas que te dejan K.O. Imposible viajar.
Si no hubiésemos tenido un seguro de anulación, habríamos perdido una pasta gansa. Esos imprevistos pasan, y más de lo que pensamos. Las condiciones climáticas extremas que cierran las pistas, una enfermedad repentina, un problema laboral grave…
la vida es así. Por eso, he aprendido a valorar muchísimo las coberturas que me dan flexibilidad y me protegen de esos giros inesperados del destino. Un buen seguro no solo te cubre si te lesionas esquiando, sino que te acompaña en todo el proceso de tu aventura invernal, desde que sales de casa hasta que vuelves.
Es una inversión en paz mental.
Anulación e interrupción del viaje: tus salvavidas financieros

La cobertura de anulación es, en mi opinión, casi tan importante como la médica. Te permite recuperar el dinero de tus reservas (vuelos, alojamiento, forfait, clases) si tienes que cancelar tu viaje por una causa justificada, como una enfermedad grave, un accidente, un despido laboral, etc.
Pero ¡ojo! Lee bien las causas cubiertas. No todas las pólizas cubren lo mismo.
Y luego está la cobertura de interrupción del viaje. Imagina que ya estás en la estación, esquiando felizmente, y de repente, te avisan de que un familiar directo ha sufrido un accidente grave y tienes que volver corriendo a casa.
Esta cobertura te reembolsa la parte no utilizada de tu viaje y, a veces, incluso los gastos extra de transporte para regresar antes. ¡Una maravilla!
Retrasos y pérdidas: cuando los imprevistos afectan al equipo
Los retrasos en los vuelos o la pérdida de equipaje son un fastidio en cualquier viaje, pero en un viaje de esquí pueden ser una verdadera pesadilla. ¿Te imaginas llegar a tu destino y que tus esquís se hayan quedado en otro aeropuerto?
¡Tu primer día de esquí arruinado! Algunos seguros de esquí incluyen coberturas por retraso o pérdida de equipaje, lo que puede significar una indemnización por cada día de retraso o para comprar material de primera necesidad mientras esperas.
También pueden cubrir los gastos de alquiler de equipo si el tuyo no llega a tiempo. Pequeños detalles que marcan una gran diferencia en la experiencia global del viaje y que te salvan de un disgusto mayúsculo.
Siempre reviso que estos puntos estén bien cubiertos porque he vivido situaciones en las que un simple retraso me ha costado un día entero de pistas y un buen dinerillo en alquiler.
Mi tabla comparativa: ¿Qué tipo de esquiador eres tú?
Aquí te he preparado una pequeña tabla, basada en mi experiencia y en lo que he ido aprendiendo con los años, para que veas qué tipo de seguro podría ajustarse mejor a ti según tu estilo de esquí.
¡Espero que te sirva de guía!
| Tipo de Esquiador | Actividades habituales | Coberturas clave a buscar | Consideraciones extra |
|---|---|---|---|
| Esquiador ocasional / Familiar | Pistas verdes y azules, pocas veces rojas. Clases de esquí. | Asistencia médica y rescate (básico), Responsabilidad Civil (básico), anulación/interrupción de viaje. | Límites de cobertura moderados. Cobertura para niños. |
| Esquiador experimentado / Aventurero | Pistas rojas y negras, esquí de travesía ocasional, parques de nieve moderados. | Asistencia médica y rescate (amplio), Responsabilidad Civil (alto), anulación/interrupción, cobertura para deportes de riesgo (específico), daño/robo de equipo. | Límites de cobertura elevados. Explícita mención de actividades de riesgo. |
| Freerider / Esquí Extremo | Fuera de pista, heliski, esquí de montaña, saltos y trucos extremos. | Asistencia médica y rescate (máximo), Responsabilidad Civil (muy alto), anulación/interrupción, cobertura específica para deportes extremos y de alto riesgo (IMPRESCINDIBLE), búsqueda y salvamento. | Póliza muy especializada, con límites muy altos. Atención a las exclusiones. |
| Esquiador internacional | Viajes a estaciones fuera de tu país (ej. Alpes, EE.UU., Japón). | Asistencia médica internacional (muy alto), repatriación sanitaria, gastos de búsqueda y rescate, anulación/interrupción, Responsabilidad Civil. | Coberturas adaptadas a los costes médicos del destino. Servicio de asistencia en varios idiomas. |
Más allá de los precios: el valor real de tu tranquilidad
¡Qué difícil es a veces ver más allá del precio, verdad? Nos pasa con todo, y con los seguros de esquí no iba a ser menos. Parece que lo más barato es lo mejor, pero, ¡ay, amigos!, he aprendido a base de golpes (y no solo en las pistas) que el valor real de un seguro no está en lo que pagas, sino en lo que te ofrece cuando la necesitas de verdad.
Y en la montaña, las cosas pueden ponerse serias en un abrir y cerrar de ojos. Recuerdo una vez que un amigo, por ahorrarse unos pocos euros, contrató un seguro con un límite de gastos médicos muy bajo.
Tuvo la mala suerte de romperse una pierna en Suiza y, aunque el seguro le cubrió una parte, tuvo que desembolsar de su bolsillo una cantidad considerable.
La cara que se le quedó fue un poema. Desde entonces, siempre digo lo mismo: el seguro de esquí es esa cosa que esperas no usar nunca, pero que si la necesitas, te alegras de haber invertido bien en ella.
Es una inversión en tu tranquilidad y en la de los tuyos. No es un gasto, es la certeza de que tu aventura invernal será solo eso, una aventura, y no un problema.
Entendiendo la relación calidad-precio: no todo es lo que parece
Cuando comparas pólizas, no te fijes solo en la cifra final. Desglosa las coberturas, los límites, las franquicias, las exclusiones. Un seguro muy barato puede tener límites de cobertura ridículos o excluir precisamente las actividades que tú vas a hacer.
Y uno muy caro, quizás incluya cosas que jamás vas a utilizar. La clave está en encontrar el equilibrio perfecto para *ti*. Piensa en tu perfil de riesgo, en tus planes para la temporada y en tu presupuesto.
Es mejor pagar un poco más por una póliza que sabes que te cubrirá de verdad en caso de apuro, que ahorrarte unos euros y luego tener que enfrentarte a una factura de miles.
La calidad en los seguros se mide por la respuesta cuando el problema es real.
Mi consejo final: lee, pregunta y no te fíes de los atajos
Mi último consejo, y el más importante, es que no tengas prisa. Lee atentamente las condiciones generales y particulares de la póliza. Si hay algo que no entiendes, ¡pregunta!
Llama a la aseguradora, busca opiniones, compara diferentes opciones. No te dejes llevar por el primer seguro que encuentres o por la oferta más llamativa.
Un buen seguro de esquí es tu mejor compañero en la montaña, el que te permite disfrutar al máximo sin preocupaciones. Y te aseguro, por experiencia propia, que dormir tranquilo sabiendo que estás bien cubierto, ¡eso no tiene precio!
¡Así que a disfrutar de la nieve con cabeza y bien asegurados!
Para Concluir
¡Uf, qué viaje hemos hecho hoy por el mundo de los seguros de esquí! Espero de corazón que toda esta cháchara, estas anécdotas y mis consejos te sirvan para que tu próxima aventura en la nieve sea tan épica como la imaginas, pero sobre todo, ¡segura y sin sobresaltos económicos! Al final, de lo que se trata es de disfrutar al máximo, de sentir esa brisa fría en la cara y la adrenalina del descenso, sin la sombra de una factura médica o un equipo robado planeando sobre tu cabeza. He visto muchas veces cómo la gente se arrepiente de no haber invertido un poco más en su tranquilidad, y créeme, esa es una lección que no quieres aprender por las malas. Así que, antes de atarte las botas y deslizarte por la primera pista, tómate un momento, evalúa tus opciones y elige con cabeza. ¡Nos vemos en las pistas, bien protegidos y listos para la próxima bajada!
Información Útil que No Sabías que Necesitabas
1. La Letra Pequeña es Tu Mejor Amiga: Siempre, y cuando digo siempre es SIEMPRE, lee detenidamente las condiciones generales de tu póliza. Ahí es donde se esconden las exclusiones y los límites que pueden dejarte tirado cuando más lo necesitas. ¡No te fíes solo del resumen!
2. Tu Estilo de Esquí Define Tu Seguro: No es lo mismo un día de paseo por pistas azules que lanzarse al *freeride* o a la aventura del *snowpark*. Asegúrate de que tu seguro cubre explícitamente las actividades que tienes planeadas, especialmente si implican un riesgo “extra”.
3. Viajes Internacionales, Coberturas Globales: Si cruzas fronteras para esquiar, tu seguro debe estar a la altura de los costes médicos del destino. Un accidente en Suiza o Estados Unidos puede tener facturas astronómicas, así que una buena cobertura internacional es irrenunciable.
4. La Responsabilidad Civil No Es Negociable: Piensa en ello como tu chaleco salvavidas si accidentalmente causas un daño a un tercero o a su equipo en pista. Un despiste puede costarte muy caro si no tienes esta cobertura. ¡Es un *must*!
5. Protege tu Inversión del Viaje Completo: Más allá de las lesiones, considera seguros que cubran la anulación o interrupción del viaje, los retrasos de equipaje o la pérdida de forfaits. Los imprevistos ocurren, y es una tranquilidad saber que tu inversión económica está a salvo.
Puntos Clave a Recordar
En resumen, elegir el seguro de esquí adecuado es una decisión inteligente que te protege en múltiples frentes, no solo en caso de accidente. Se trata de una inversión en tu paz mental y en la de tus seres queridos, permitiéndote disfrutar plenamente de la montaña sin preocuparte por los costes inesperados de un rescate, una hospitalización, la pérdida de tu equipo o la cancelación de tu viaje. Recuerda que no todos los seguros son iguales; el valor real se encuentra en la adecuación de la póliza a tu perfil de esquiador, a tu destino y a las actividades que planeas realizar. Prioriza coberturas robustas como la asistencia médica de alta calidad, la responsabilidad civil ampliada y las opciones de anulación/interrupción de viaje. No te dejes llevar solo por el precio más bajo; la calidad y la cobertura son cruciales cuando la necesitas de verdad. Un buen seguro es el compañero invisible que te garantiza que, pase lo que pase, tu aventura será recordada por la emoción y no por los problemas.
Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖
P: ara mí, la cobertura estrella y de la que nunca me separo es la asistencia médica y el rescate en pistas. Pensad que un simple esguince puede requerir que os bajen de la montaña en camilla o incluso en helicóptero, ¡y los costes de rescate pueden ser de infarto! Estamos hablando de cifras que pueden oscilar entre los 3.500 y 8.000 euros solo por un rescate en España, y mucho más si estamos en el extranjero. ¡Imagínate si no lo tienes cubierto! Esta cobertura debe incluir no solo el rescate, sino también la asistencia médica en la estación y el posible traslado a un hospital.Otra clave es la responsabilidad civil. Imagina que, sin querer, chocas con otro esquiador y le causas una lesión o dañas su equipo. ¡Es un riesgo real! Un buen seguro de esquí te protege ante estas reclamaciones de terceros, cubriendo los gastos que puedan derivarse. Creedme, es una tranquilidad enorme saber que, si algo así ocurre, no tendréis que sacar el talonario de vuestro bolsillo.Y ya que estamos, no podemos olvidarnos de la cancelación e interrupción del viaje y la pérdida o daño del equipo. Me ha pasado de todo: desde una nevada imprevista que cierra las pistas hasta una torcedura de tobillo el primer día que te deja fuera de juego. Un seguro completo os permitirá recuperar el dinero del forfait o las clases que no podáis disfrutar, e incluso los gastos no utilizados del viaje si tenéis que volver a casa antes de tiempo. Y si, como yo, valoráis vuestro equipo casi tanto como vuestra vida, ¡la cobertura por robo o daño es fundamental! Aunque muchos llevamos el equipo propio, las aerolíneas a veces tienen sus “cosas” o los percances en las pistas son habituales, y reponer material puede ser un pico.A2: ¡Uf, esta es una pregunta trampa que veo muy a menudo y es súper importante aclararla! La verdad es que, en la mayoría de los casos, un seguro de viaje “normal” o incluso uno que mencione “deportes” NO suele ser suficiente para cubrir específicamente el esquí o el snowboard. Muchas pólizas estándar tienen exclusiones para los “deportes de riesgo” o “de aventura”, y creedme, para las aseguradoras, deslizarse por una montaña a toda velocidad entra en esa categoría.
R: ecuerdo el caso de una conocida que se fue a los Alpes confiada en su seguro de viaje genérico. Tuvo una caída tonta, se rompió la muñeca y, al ir al hospital, descubrió que su seguro no cubría los gastos de rescate ni la atención médica por una lesión de esquí.
¡Le tocó pagar una factura considerable! Es que un seguro de viaje estándar está pensado para imprevistos más generales como una enfermedad repentina, una cancelación por fuerza mayor o la pérdida de equipaje, pero no para la especificidad de un accidente en pistas.
Por eso, mi consejo es siempre, SIEMPRE, leer la letra pequeña y asegurarse de que la póliza que tenéis especifica claramente la cobertura para deportes de invierno, esquí o snowboard.
Si no lo hace, es muy probable que necesitéis un seguro adicional o un complemento específico para esquí. ¡No os la juguéis, que la montaña no entiende de medias tintas!
A3: ¡Absolutamente! Esquiar en el extranjero es una experiencia increíble, pero también añade capas de complejidad a la hora de elegir vuestro seguro.
Para empezar, los costes médicos fuera de vuestro país de residencia pueden ser astronómicos, especialmente en destinos como Estados Unidos o Suiza, donde un rescate o una hospitalización pueden superar los 10.000 euros sin despeinarse.
La repatriación sanitaria es otro punto crítico. Imagina que sufres una lesión grave y necesitas ser trasladado de vuelta a tu país para recibir tratamiento o recuperarte cerca de casa.
¡Los costes de una ambulancia aérea pueden ser desorbitados! Un buen seguro de esquí internacional debe cubrir la repatriación médica y, en el peor de los casos, la repatriación de restos.
Yo siempre me aseguro de que esta cobertura esté bien especificada, porque es algo que te quita un peso enorme de encima si sucede lo impensable. Además, es crucial verificar que vuestro seguro cubra explícitamente el país o los países a los que viajáis.
Algunas pólizas pueden tener restricciones geográficas. Y si sois de los que os gusta la aventura y practicáis esquí fuera de pista o travesía, tened mucho ojo.
No todos los seguros de esquí incluyen estas modalidades, y muchos requieren una extensión o una póliza específica para ello. He visto a gente meterse en líos por no revisar esto, pensando que “esquí” es “esquí” en todas partes.
¡No es así! Aseguraos de que vuestra póliza sea tan aventurera como vosotros. En resumen, cuando crucéis fronteras, pensad en grande: costes médicos ilimitados o muy altos, repatriación, y que el seguro sepa exactamente dónde y cómo vais a esquiar.
¡Así, la única preocupación será disfrutar de cada descenso!






